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El taller de la bruja Gertrudis es un blog de encuentro de personas a las que nos gusta la lectura donde podemos dejar comentarios de los libros que vamos leyendo con el ánimo de tener un punto de referencia de los libros que nos gustan y un espacio que yo he llamado Cajón de sastre, donde cabe desde un poema a una reflexión o una frase o cualquier cosa que se nos ocurra.

viernes, 8 de febrero de 2013

Olvidado rey Gudú

Título: Olvidado Rey Gudú
Autores: Ana María Matute
Editoriales: Destino
Fecha de edición original: 1996
Páginas: 948 páginas
ISBN: 9788423338061



Olvidado rey Gudú de Ana María Matute fue publicada en 1996 y es una de las favoritas de la autora, tiene una ambientación medieval pero con elementos de la literatura fantástica y en ella se narra la historia de las miserias del hombre, es una gran metáfora del hombre, su condición y su historia.

En el 2009 Ana María Maute depositó la primera edición de este libro en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes.

Hacer una reseña de este libro me ha parecido muy difícil porque el libro es tan denso que hablar de él sin llegar a destriparlo es complicado y además seguro que me dejo algún aspecto de este libro sin resaltar, de lo que sí estoy segura es de que es un libro que hay que leerlo más de una vez porque estoy segura de que en cada lectura encontraremos un matiz que se nos pasó o que no supimos apreciar. A pesar de que la literatura fantástica no me entusiasma, este libro me ha fascinado, me costó un poco al principio situarme en la trama, pero enseguida cogí el hilo y no pude por menos que devorarlo, aunque recomiendo una lectura tranquila para ir saboreando cada uno de sus párrafos.

Este libro está lleno de contrastes y nos muestra la condición humana en toda su crudeza, hay muchos episodios de violencia, mucho odio, sexo, ambición, traición, amor, guerra, codicia, desamor, tristeza, amistad, muerte, destrucción, injusticia, venganza, ternura, aventuras y sobre todo, fantasía. Todo esto es lo que podremos encontrar en este libro donde se van alternando momentos de gran simplicidad con momentos de gran intensidad, donde hay enfrentamiento del idealismo contra el realismo, del hombre a la mujer, de la infancia a la adultez, de los seres humanos a los seres fantásticos dentro de un país inventado en una Edad Media triste, pobre y hostil, donde se enfrenta el misterioso Norte con el rico y exuberante Sur, la agreste estepa del Este con el olvidado Oeste que limitan la expansión del Reino de Olar, en cuyo destino participan la astucia de una niña de los territorios del Sur, la magia de un viejo hechicero y las reglas de juego de una criatura del subsuelo, un trasgo.

Al ser un libro fantástico la autora recurre a elementos de la mitología ondina como son  los trasgos, las ninfas, magos, dragones… y a los cuentos infantiles con estrofas como esta "Por línea materna está emparentada, y es descendiente directa, de aquella Princesa del cabello negro como el ébano y la piel blanca como la nieve que fue malvadamente asesinada, y permaneció incorrupta hasta que se la rehabilitó, con un beso de amor; y por línea paterna, de aquella otra hermosísima Princesa que durmió durante cien años hasta que también, la despertó un beso de amor".

Se narra el nacimiento y la expansión del Reino de Olar, un reino olvidado, quizás en el norte de Europa, iniciado por Sirkrosio, heredero del conde de Olar que personifica la crueldad, el odio y la ambición de cualquier gobernante, es un hombre sádico, cruel y profundamente ignorante, que no engendra en sus hijos más que odio y ambición, su hermano Volodioso es quien más odia a su padre y no está conforme porque no será el heredero porque es el segundón. Organiza una revuelta donde mata a su padre, a dos de sus hermanos y solo deja vivo a un medio hermano suyo porque le profesa ciega lealtad.

Volodioso eleva sus territorios a la categoría de reino. Valiéndose de la guerra, invade los territorios vecinos, matando de manera cruel a los gobernantes y se apodera de ellos. A la vez que conquista reinos también va dejando bastardos por todas partes y sembrando odio y terror.

Una de sus victimas es Ardid, una niña de gran inteligencia que después de ver cómo Volodioso asesina a toda su familia, jura vengarse de la forma en que le sea posible. Acompañada de un hechicero y de un trasgo, ambos muy leales a ella, consigue, aún siendo una niña, convertirse en la esposa del viejo y sanguinario rey Volodioso, tienen un hijo, Gudú, por el que Ardid luchará para hacerlo heredero del reino y así vengar la muerte de su familia, pero Gudú tiene hermanos mayores, que aunque son bastardos han sido reconocidos por Volodioso y pueden heredar. Gracias a las artes del Hechicero y a las argucias del trasgo Ardid consigue que su hijo convierta en rey de Olar. Pero entre sus ambiciones también está la de hacer de su hijo un gobernante sin defectos, alejado de los sentimientos que puedan debilitarlo, y sus consejeros le dicen que solo hay una forma: quitarle a Gudú la capacidad de amar aunque ello implique no amarla ni siquiera a ella. Gudú se convierte en un rey despiadado, hambriento de dominarlo todo y capaz de hacer cualquier cosa con tal de conseguir sus propósitos, y no valora a nadie ni siquiera a sus más fieles y allegados.

Ardid, Gudú, Hechicero, Trasgo, Tontina, Predilecto, Almíbar, Gudulin, Sikrosio, Volodioso, Ancio, Bancio, Cancio, Trasgo del sur, El Hechicero, Ondina, la dama del lago... y todos los demás... Gran cantidad de personajes, cada uno con su personalidad y su idiosincrasia.

Muchos nombres, muchas historias, amoríos, cruces, celos, venganzas, guerras, guerreros astutos, guerreros nobles, princesas feas, princesas bobas, seres angelicales, reinas de islas que son mentira, terribles guerreras de las estepas, ciudades con nombres de rey o de reina o de soldados, amores tremendos que son tan tremendos que causan la muerte o el nacimiento de la Tristeza. Las metáforas y los símbolos son constantes, la piedra azul de la reina Ardid, el salvajismo del cabello pelirrojo, la pureza de los cabellos rubios de Almíbar o Predilecto, las viñas del sur son la dulzura, frente a las nieves del norte.

Los nombres de personajes y lugares también son simbólicos, Ardid para la niña lista, Predilecto para el niño con mejores cualidades y más querido, Tontina para la princesa niña adolescente, Once para el niño-cisne fuera del tiempo etc. y también los seres mágicos (Hechicero-Maestro, Trasgo, Ondina, Bruja, etc.)

En Olvidado Rey Gudú se nos habla del ser humano, de la vida, de los hombres, de las mujeres, de la mirada al más allá desconocido, del amor, de la infancia, del paraíso perdido e irrecuperable, de los niños que fuimos y que dejan de serlo. Además, se hace con un escepticismo y un sentido del humor muy sutil.  Es una novela muy bella, muy larga y muy densa.

Es un libro que cuesta un poco de leer, no engancha desde la primera página ya que a veces la historia se ralentiza y hay que hacer un esfuerzo para seguir leyendo. Pero todo cambia cuando entra en escena  la pequeña Ardid, con la que simpatizas enseguida. A partir de este momento, la historia se vuelve más amena puesto que ya existe interacción entre los protagonistas.

El final es triste, pero contada de una manera muy metafórica casi poética. Refleja muy bien cómo las personas podemos caer desde lo más alto que podemos llegar, a los más bajo y finalmente al completo olvido, lo presagias desde el principio por el nombre del libro.

El autor:


Ana María Matute (Barcelona, 1925), es una novelista española miembro de la Real Academia Esañola,  donde ocupa el asiento K y la tercera mujer que recibe el Premio Cervantes, obtenido en 2010. Es una de las voces más personales de la literatura española del siglo XX y es considerada por muchos como una de las mejores novelistas de la posguerra española.

En sus novelas, Matute incorpora técnicas literarias asociadas con la novela modernista o surrealista. Matute utiliza mucho, como fuente primaria, al pesimismo, lo cual da a sus novelas una sensatez más clara que la realidad de la vida. Una de sus características más comunes es el uso de la trilogía: una obra literaria que está compuesta por tres novelas o cuentos que tienen tanto características en común como diferentes. Muchos críticos consideran que su mejor obra es la trilogía Los Mercaderes, la cual está conformada por Primera memoria, Los soldados lloran de noche y La trampa. Sobre su obra se dice que "aunque los argumentos de cada una de sus novelas son independientes, las une el tema general de la Guerra Civil y el retrato de una sociedad dominada por el materialismo y el interés propio".

El 12 de marzo de 2009, la escritora deposita en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes la primera edición del libro Olvidado Rey Gudú.

Obras suyas son Los Abel (1948), Fiesta al noroeste (1952), Pequeño teatro (1954), En esta tierra (1955), Los hijos muertos (1958), Primera memoria (1959), Los soldados lloran de noche (1963), Algunos muchachos (1964), La trampa (1969), La torre vigía (1971), El río (1973), Luciérnagas (1993), Olvidado rey Gudú (1996), Aranmanoth (2000) y Paraíso inhabitado (2008).



También ha escrito relatos cortos y cuentos para niños como La pequeña vida (1953), Los niños tontos (1956), Vida nueva (1956), El país de la pizarra (1957), El tiempo (1957), Paulina, el mundo y las estrellas (1960), El saltamontes y El aprendiz (1960), A la mitad del camino (1961), El libro de juegos para los niños de otros (1961), Historia de la Artámila (1961), El arrepentido (1961), Tres y un sueño (1961), Caballito loco y Carnavalito (1962), El río (1963), El polizón del Ulises (1965), El aprendiz (1972), Solo un pie descalzo (1983), El saltamontes verde (1986), La Virgen de Antioquía y otros relatos (1990), De ninguna parte (1993), La oveja negra (1994), El verdadero final de la Bella Durmiente (1995), El árbol de oro (1995), Casa de juegos prohibidos (1996), Los de la Tienda (1998), Todos mis cuentos (2000) y La puerta de la luna. Cuentos completos (2010).

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