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El taller de la bruja Gertrudis es un blog de encuentro de personas a las que nos gusta la lectura donde podemos dejar comentarios de los libros que vamos leyendo con el ánimo de tener un punto de referencia de los libros que nos gustan y un espacio que yo he llamado Cajón de sastre, donde cabe desde un poema a una reflexión o una frase o cualquier cosa que se nos ocurra.

martes, 25 de junio de 2013

Catalina la fugitiva de San Benito

Título: Catalina la fugitiva de San Benito
Autor: Chufo Llorens
Páginas: 853
Editorial: DeBolsillo
ISBN: 9788483466728

Año de Edición: 2009



La novela cuenta la vida de Catalina, una joven postulanta en el convento de San Benito, hija legítima de Martín de Rojo e Hinojosa, un personaje de alta alcurnia pero con poco dinero, que la noche del nacimiento de Catalina y ante el hecho de criar a una cuarta hija, y ante la perspectiva de no tener un hijo que perpetúe su ilustre aunque apolillado linaje, la cambia por un niño nacido en el monasterio donde su hermana Teresa es priora. La niña nace con una marca en la tetilla izquierda, un pequeño ojo que lloraba tres lágrimas escarlata, "Lacrima dei", símbolo característico de los Rojo. Solo tres personas conocen el engaño, Martín, su hermana y el doctor Gómez de León mientras que la mujer de Martín permanece ajena a estas intrigas.

Catalina crece en el convento donde pronto dará muestras de un carácter intrépido, indomable e inconformista. No mostrará ningún interés por ser monja, ella desea ser soldado y practicar las aficiones de los chicos. Es inteligente, ingeniosa y sueña con volar y conocer el mundo exterior. Con diez años conoce a Diego de Cárdenas, hijo del marqués de Torres Claras del que se enamora platónicamente y ante el acoso del capellán del convento y de la acusación de brujería decide huir en busca de su amado Diego disfrazada de chico.

Después de un trayecto lleno de escaramuzas consigue llegar a casa de Diego de Cárdenas y que sea empleado como paje, allí junto a Diego y al tutor de este, Don Suero de Altares, un veterano de la guerra de Flandes aprende todo sobre la vida.

Mientras tanto la situación económica de Martín sigue siendo precaria y la única que ve para solucionar sus problemas es ser aceptado como familiar del Santo Oficio, algo que le permitirá pagar menos impuestos y obtener otros privilegios en el futuro.

Pero el obispo de Astorga Don Bartolomé de Carrasco, que es el secretario provincial del Santo Oficio junto a Sebastián Fleitas de Andrade, que es familiar del Santo Oficio y encargado de buscar cualquier información que pueda inculpar a cualquier persona intentan buscar cualquier secreto de los Rojo para inculparlos de descendientes de judíos, y en ello se ve también mezclada Catalina y su misterioso nacimiento y desaparición.

La historia de Catalina se alternará con múltiples historias secundarias, plagadas de intrigas, traiciones, engaños, actos de heroísmo, venganzas, pasiones, amores, etc., que terminarán relacionándose y encajando perfectamente en una narración trepidante que nos dejará sin aliento y con un desenlace palpitante que acabará en la corte del Madrid del siglo XVII. Nos narra todas las peripecias de Catalina, desde su huida del convento, el encuentro con su amor, la huida de la Inquisición hasta un final inesperado con un último giro salvador pero un poco forzado necesario para hacer justicia a esta chica.

En la huida de la Inquisición se vale de su doble condición de uno o de otro sexo, como chico trabaja como paje en casa del marqués de las Torres Claras y como mujer triunfa como actriz de comedias en la corte de Felipe IV.

Lo bueno de esta novela estriba en la creación de una serie de personajes, principales y secundarios, que representan todos los estamentos sociales de la época: pícaros, hidalgos, obispos, monjas, frailes, familiares de la Inquisición, pajes… y unos escenarios variopintos que hacen que nos transportemos a conventos y palacetes, a mazmorras, corrales de comedias y mancebías y conseguir así una increíble ambientación histórica.

Estamos ante una novela de aventuras con una narrativa ágil que hacen que la lectura de resulte en todo momento fácil y apetecible para el lector. Hay muchos personajes en la historia, pero acabas conociendo la vida de cada uno de ellos, porque están relacionados y encajados en la aventura.

El autor:


Chufo Lloréns (Barcelona, 1931) es un escritor español fundamentalmente de novela histórica. Se licenció en Derecho en 1954, ha sido empresario del mundo del espectáculo (Discoteca Don Chufo) y fue al jubilarse cuando empieza a desarrollar su pasión por la escritura, especialmente la novela histórica.

En 1986 escribió su primera novela, Nada sucede la víspera, que se convirtió en una de las finalistas del premio Planeta de ese mismo año. Obras suyas son también La otra lepra (1993), Catalina, la fugitiva de San Benito (2001) y La saga de los malditos (2003). Y en 2008 lanza su obra más vendida, Te daré la tierra a la que ha dedicado cuatro años de investigación y recopilación de datos de un personaje Martín Barbany que está basado en un personaje real Ricard Guillem, llegó a vender más de 150 000 ejemplares en un solo día de Sant Jordi. En el 2011 aparece en el mercado la continuación de esta novela con el nombre de Mar de fuego.


miércoles, 19 de junio de 2013

El grito de la tierra

Título: El grito de la tierra
Autor: Sarah Lark
Nº de páginas: 736 págs.
Editoral: EDICIONES B, S.A.
ISBN: 9788466652285

Portada El grito de la tierra

Con El grito de la tierra se cierra esta trilogía que a través de más de 2000 páginas Sarah Lark nos ha llevado a las lejanas tierras neozelandesas.

En esta entrega fiel a las dos anteriores las protagonistas vuelven a ser dos mujeres completamente diferentes, con personalidad y ambiciones diferentes, Gloria que es la hija de Kura y William Martyn, protagonista de la segunda parte y biznieta de Gwyneira, protagonista del primer tomo, que aún sigue trabajando en su granja pero ha perdido la magia de los anteriores volúmenes, y Lilian, hija de Elaine y Timothy Lambert, protagonista de la segunda parte y biznieta de Helen, protagonista de la primera parte, pero en esta ya ha fallecido.

Como pasa en las otras partes, aunque las protagonistas son dos mujeres siempre hay una que se "come" entre comillas a la otra, en esta Gloria se come a Lilian, quizás porque las aventuras o más bien las desventuras de Gloria te hacen sentir cierta simpatía por esta chica, aunque la verdad es que su carácter taciturno y reservado no hace precisamente que sea una niña a la que se le pueda apreciar, mientras que Lilian es una chica vivaracha que se sabe adaptar a cualquier lugar y ambiente donde esté y saberse rodear de la gente apropiada, lo que hace que su historia no sea tan emocionante por lo que parece que queda en un segundo grado, como para rellenar páginas y hacer más llevadera la triste historia de Gloria.

Gloria vive con Gwyneira y con su hijo Jack que prácticamente la ha criado y con la que está muy unida, a ella le encanta la vida en la granja, estar rodeada de ovejas, y de sus caballos y perros, pero sus padres Kura y William tienen otros planes para ella, la mandan a un internado inglés para que cultive su lado artístico e intelectual, Kura que ya es una famosa cantante que está triunfando en todo el mundo, quiere que su hija reciba una educación más exquisita que la que recibió ella, pero el problema es que su hija no tiene ni la belleza ni el talento de Kura.

Para que el viaje de Gloria no sea tan traumático, viaja con ella su prima Lilian, a la que le encanta la idea de vivir en Inglaterra y de acudir a un internado, vive en un sueño de felicidad.

Desde el momento en que se embarcan rumbo a Inglaterra la vida de Gloria se va apagando literalmente mientras que la de Lilian resplandece, porque Gloria se va apagando y deja de ser la niña feliz que vivía en la granja para convertirse en una niña triste y callada hasta convertirse en una jovencita indecisa, solitaria y herida con una idea fija, volver a su querida granja de Nueva Zelanda, pero el estallido de la Primera Guerra Mundial le va a complicar su idea, ya que sus padres en lugar de mandarla a Nueva Zelanda se la llevan con ellos en su gira, esto aún la hace más infeliz y aumenta su deseo de huir, hasta que un día se arma de valor y se escapa.

Esta huida de Gloria da mucha pena, pero llega a hacerse pesada e incluso a veces hasta inverosímil, cuesta creer que en aquellos tiempos una chica tan insegura como esta, sin documentación y sin dinero pudiera hacer una travesía tan larga con todos los obstáculos y penalidades que sufre hasta llegar a Nueva Zelanda, pero le da vergüenza presentarse delante de su abuela por miedo a que ella averigüe lo que se ha visto obligada hacer.

De Jack no sabe nada, desde que supo que se había casado, pero está enfadada con él porque no fue a rescatarla después de habérselo prometido. Lo que Gloria no sabe es que Jack, jamás recibió carta alguna, y las cartas de Gloria eran abiertas y censuradas por sus profesoras.

Por otro lado Lilian vive en un mundo idílico, conoce en Inglaterra a un chico del que se enamora perdidamente, pero en esto que llega George Greenwood, un gran amigo de la familia y ante la perspectiva del estallido de la guerra y de la implicación de Inglaterra se la lleva de vuelta a Nueva Zelanda, ella vive suspirando por el amor de su vida, y ¡oh sorpresa!, resulta que el chico también es de Nueva Zelanda e hijo de la enemiga de su padre, pero claro al final todo se solucionará cuando los dos huyen y deciden vivir su vida y aquí es donde aparece la fortaleza de Lilian y su instinto para los negocios.

Mientras tanto, en Nueva Zelanda, el joven Jack McKenzie, que será el protagonista masculino de la historia, vive su primera historia de amor. Cuando se encuentra con Charlotte Greenwood, que acaba de llegar de estudiar de Inglaterra, guapa, inteligente, culta, apasionada por la cultura maorí… Jack no puede evitar caer rendido a sus pies. Comienzan una bonita historia de amor que acabará en boda. A Jack tampoco se le pueden pasar por la cabeza los difíciles tiempos a los que tendrá que enfrentarse…, primero a la muerte de su joven esposa tras una enfermedad incurable a la que ella decide poner fin antes de seguir su sufrimiento y después a una terrible guerra y a una absurda batalla mal planificada lo que le hace no solo sufrir unas terribles heridas de guerra sino cambiar un carácter alegre por una persona reservada y ensimismada.

De este modo Sarah Lark nos introduce en uno de los episodios más crueles de la Primera Guerra Mundial, la batalla de Galípolis donde se ve involucrado Jack, una batalla cruenta y sin sentido.

En esta historia, las protagonistas han perdido parte del encanto de las protagonistas de los anteriores libros. Gloria es demasiado gris y plana; entiendo su sufrimiento y por supuesto las calamidades a las que tendrá que enfrentarse, pero ese escudo que lleva a lo largo de la historia nos impide llegar a quererla.

Lilian sí que cae bien, nos encanta desde el principio, pero la autora parece que se centra más en Gloria que en ella, pues su personaje no tiene la fuerza que debería tener y pasa de soslayo a lo largo de toda la novela aunque quizás al final se reivindica y aparece el carácter de sus dos bisabuelas y empieza a tener más fuerza, no todo iba a ser para ella de color de rosa.

Cuando por fin gloria consigue llegar a su casa, la convivencia de Gloria con su abuela es tirante, y el contacto con los empleados de la granja es difícil, pues Gloria no puede soportar a ningún hombre cerca de ella, y decide trasladarse con los maoríes durante un tiempo. Allí va reencontrándose con su pueblo y sintiéndose fuerte y segura como persona.

Cuando Jack vuelve a casa se encuentra con Gloria pero son auténticos extraños, y cada uno tiene que luchar con los recuerdos de sus vidas pasadas. Les va a costar mucho volver a confiar el uno en el otro, pero se unen para salvar la granja, y renacen unos sentimientos que siempre han estado entre ellos.

Comienza esta saga con la llegada de la joven Gwyneira a Nueva Zelanda para casarse con un joven Walden, y termina con Gwyneira ya octogenaria, celebrando un gran acontecimiento familiar, rodeada de toda su familia y amigos, mientras sostiene en sus brazos a su tataranieto.

Conclusión, este libro también es entretenido, quizás el más flojo de los tres pero se lee con gusto aunque no tiene la misma magia de sus anteriores volúmenes. Pero no te esperes un colofón final a esta epopeya familiar en Nueva Zelanda porque no lo vas a encontrar.

Para mí lo mejor es el personaje de Jack y la descripción de la batalla de Galípoli.


El autor:
Christiane Gohl (Bochum, Alemania, 1958) es una escritora alemana que escribe bajo los pseudónimos de Sarah Lark, Ricarda Jordan, Elisabeth Rotenberg o con su propio nombre.
Sarah Lark es uno de los seudónimos de una autora alemana afincada en España de prolífica producción literaria sobre todo en el campo de los libros sobre caballos, trabajó durante muchos años como guía turística y pronto descubrió su fascinación por Nueva Zelanda. Con En el país de la nube blanca inició una trilogía sobre las tierras neozelandesas que continúa con La canción de los maoríes y El grito de la tierra. Su forma de escribir, plagada de minuciosas descripciones y a la vez directa, le ha granjeado el éxito en toda Europa. Sus libros te transportan a los lugares sobre los que escribe igual que lo haría un recuerdo, y sus personajes, tan alejados en el tiempo, se hacen tan cercanos gracias a su prosa que el lector no puede por menos que sufrir, reír y emocionarse con ellos.


lunes, 3 de junio de 2013

La canción de los maoríes

La canción de los maoríes
Título: La canción de los maoríes
Autor: Sarah Lark
Nº de páginas: 704 págs.
Editoral: EDICIONES B, S.A.
ISBN: 9788466650472



La canción de los maoríes es la segunda entrega de la saga que comenzó Sarah Lark con su anterior obra En el país de la nube blanca, una saga que habla sobre la familia, el amor, el odio, la confianza, la superación ante la adversidad, pero sobre todo es una historia de mujeres, de mujeres que se abren camino en un mundo hostil y en un mundo de hombres. En la anterior novela nos hablaba de la vida de las abuelas de las protagonistas de esta novela, Elaine, la nieta de Hellen y Kura, la nieta de Gwyneira, pero con genes maoríes ya que su madre es maorí, de ahí me imagino el título de la novela ya que Kura es una magnífica cantante y se dedica a divulgar canciones maoríes.
Aunque estos libros forman una saga, se pueden leer por separado, porque cuenta historias independientes, aunque aparecen personajes del primer libro, sin embargo yo recomiendo leerlas una detrás de otra y así se puede apreciar mejor tanto la historia como la propia evolución de la escritora.
La novela se sitúa en el año 1893 donde Elaine O'Keefe es una joven alegre y vivaracha, decida y algo infantil que ha heredado de su abuela Gwyneria no solo el llamativo cabello rojo y rizado sino también el espíritu aventurero y el gusto por la cría de animales, lo que no le impide ayudar tanto a sus padres en la tienda que poseen como a su abuela Helen en el pequeño hotel que regenta, en este ambiente tranquilo aparece en escena un joven irlandés, hijo de un aristócrata rural, que ha tenido que huir del país por motivos políticos, William Martyn, un joven educado, culto y refinado, que aunque no tiene dinero, tiene talento y se sabe mover entre la gente, pronto empieza a trabajar ayudando al padre de Elaine aunque sus aspiraciones son mucho más amplias, empieza a rondar a la joven Elaine que cae rendida ante el joven aristócrata. Pero entonces, la prima de Elaine, Kura, aparece en escena. La nieta de Gwyneira, aborrece la vida en la granja y quiere convertirse en una cantante de ópera de éxito alentada por su mediocre institutriz, una joven con muchas ínsulas para vivir en una granja apartada de todo el mundo. Cuando William conoce a Kura sucumbe a su exótica belleza y sus encantos y no duda en dejar plantada a Elaine. A partir de aquí se van sucediendo una serie de acontecimientos en la vida de ambas primas que van sumergiendo al lector en las dificultades que estas dos primas van superando en sus azarosas y turbulentas vidas.
Kura se casará con William. Y aunque ambos están enamorados, la felicidad tampoco será una característica de su matrimonio. Culpa de ello lo tiene la altivez, la arrogancia y el egoísmo de Kura que choca con el propio egoísmo de William. Y es que no tienen los mismos intereses. Kura hará todo lo posible por dedicarse a lo que más le gusta: cantar. Sueña con ser una diva de la ópera y no le importará arrastrar a quien tenga que arrastrar para cumplir su sueño y William quiere hacerse un rico terrateniente. Y cuando se dé cuenta que ni siquiera William está de su parte, también empezará a tomar decisiones que cambiarán y mucho su vida.

El planteamiento es el mismo de la anterior obra: dos hilos argumentales que se entrelazan entre sus dos protagonistas femeninas, Elaine y Kura. Quizás enganchen menos que sus abuelas, pero a diferencia de ellas, son más modernas y por tanto más contradictorias en su carácter. Historia, ambientación, caracterización y mucho, mucho paisajismo neozelandés acaban por rendir a cualquier lector ávido de sensaciones emocionalmente interesantes.

En esta novela enseguida sientes simpatía por Elaine quizás por su ingenuidad y por la necesidad de sentirse querida por un hombre lo que es también el origen de sus errores, pero también eso la hace más fuerte y va superándolos y al final consigue el amor de un hombre realmente bueno, sin embargo Kura llega a parecer completamente insoportable por ese aura de belleza y perfección que la rodea, y no le duelen prendas si tiene que pisotear a quien se le ponga por delante para conseguir sus objetivos, aunque también pasa bastantes dificultades y habrá un momento en que ambas primas se apoyarán mutuamente para sobrevivir.
Desde luego me ha fascinado la historia pero sobre todo su ambientación, me está embrujando Nueva Zelanda.
Tengo que confesar que algunas situaciones del final me han sabido a poco, me ha pasado como con el anterior libro toda la trama acaba demasiado rápidamente, es decir el final me parece demasiado abrupto. Hubiese quedado más satisfecha, si Sarah Lark se hubiese detenido más desarrollando determinadas situaciones por las que pasa muy de pasada.
En definitiva, La canción de los maoríes me parece un libro perfecto para escapar de la rutina de nuestro día a día y viajar a un país de ensueño siguiendo las aventuras, amores y desventuras de sus protagonistas, dos mujeres que nos enseñan sus vidas. Unas vidas que cambian de forma radical y en las que las acompañaremos a lo largo de setecientas páginas. Elaine y Kura nos irán mostrando sus sueños y necesidades, totalmente diferentes. Dos mujeres fuertes, pero de forma de ser y pensar completamente opuestas, una con una vida de prohibiciones y la otra de ambiciones. Ambas sacrificadas a su manera y con un unos personajes secundarios dignos de mención también. Tenemos a Tim, mi favorito de entre todos, un hombre sincero y leal. Thomas, marido de Elaine, un hombre al que llegamos a odiar a lo largo del libro y a William, nexo entre Elaine y Kura que ve en esta última a la mujer de su vida.

Al igual que me sentí enganchada con En el país de la nube blanca me he sentido con La canción de los maoríes, he disfrutado mucho con la ambientación pues he vuelto a soñar con las llanuras de Canterbury, y a recorrer los caminos de unas ciudades a otras. Sin duda es de destacar el conocimiento que aporta de la vida de los mineros, de las nefastas condiciones de trabajo y la dureza del mismo.

A parte de la vida azarosa de estas dos jóvenes hemos podido conocer un poco este país tan hermoso que es Nueva Zelanda, las dificultades de los extranjeros que llegaban al país para instalarse, sus luchas y esfuerzos por labrarse un futuro ahí: la búsqueda de oro, el duro trabajo de una granja, las pésimas condiciones en las que se trabajaban en las minas y los esfuerzos por mejorarlas... La llegada del ferrocarril, la introducción de las famosas máquinas de coser Singer, y sobre todo ver cómo se van formando y creciendo las ciudades aunque también me hubiera gustado que profundizara un poco más en la cultura maorí, aunque hay una buena introducción a su música tradicional.

Es una lectura recomendable pues tiene los ingredientes necesarios para entretener y emocionar, aunque puede que en algunos momentos le falte acción, está bien sustituida por los diálogos y la abundancia de personajes.

Esta historia, aún más que la anterior, nos habla de abrirse paso en el mundo y de lo difícil que esto puede ser. Ambas protagonistas, por distintos motivos, se ven expuestas al abuso y a las consecuencias de sus propios errores, el primero de ellos, el matrimonio adolescente (algo no tan raro para la época). Kura debe luchar por lograr su sueño, casi un imposible para una mujer mestiza del siglo XIX, de cantar en la ópera, en un camino donde la mayoría está dispuesto a aprovecharse de su belleza y hacerle zancadillas. Elaine en tanto, deberá andar un largo camino para escapar de la violencia y encontrarse a sí misma nuevamente.

La trama en sí misma es muy sorprendente. Los personajes tienen que pasar por muchas experiencias, algunas bastante desagradables, que mantienen al lector despierto y en tensión, deseando saber qué le deparará en las siguientes páginas. Estas experiencias o problemas a los que los personajes deben plantarles cara son muy variados y están muy bien detallados, aunque a veces me ha parecido que algunos no ganaban para disgustos.

Sarah Lark se las ingenia para que el ritmo de la lectura no decaiga, y sabe cómo crear conflictos atractivos para el lector, sabe cómo exponer situaciones de manera interesante y sabe cómo mantener la intriga.


El autor:
Christiane Gohl (Bochum, Alemania, 1958) es una escritora alemana que escribe bajo los pseudónimos de Sarah Lark, Ricarda Jordan, Elisabeth Rotenberg o con su propio nombre.
Sarah Lark es uno de los seudónimos de una autora alemana afincada en España de prolífica producción literaria sobre todo en el campo de los libros sobre caballos, trabajó durante muchos años como guía turística y pronto descubrió su fascinación por Nueva Zelanda. Con En el país de la nube blanca inició una trilogía sobre las tierras neozelandesas que continúa con La canción de los maoríes y El grito de la tierra. Su forma de escribir, plagada de minuciosas descripciones y a la vez directa, le ha granjeado el éxito en toda Europa. Sus libros te transportan a los lugares sobre los que escribe igual que lo haría un recuerdo, y sus personajes, tan alejados en el tiempo, se hacen tan cercanos gracias a su prosa que el lector no puede por menos que sufrir, reír y emocionarse con ellos.