Título: El
reflejo de las palabras
Autor: Kader
Abdolah
Editorial: Salamandra
ISBN: 9788498380347
Páginas: 352
Año de publicación:
2006
Esta novela es un relato en tono de biografía donde Ismail que es un físico iraní que vive exiliado en Holanda
huyendo del fundamentalismo de Jomeini recibe por correo un diario de su padre,
un humilde tejedor de alfombras de Arak, un pequeño pueblo del sagrado monte
del Azafrán, sordomudo de nacimiento, el cual crea un lenguaje de símbolos con
el que se comunica con su hijo y utiliza para escribir una escritura cuneiforme
que él ha ido desarrollando a partir de la que apareció en una cueva del
monte del Azafrán. Ismail intenta traducir estas notas y en ellas va
descubriendo su historia familiar y nos va desgranando la historia del Irán del
siglo XX, desde el afán de Reza Kan en modernizarlo hasta la feroz represión
del régimen de los ayatolás. Está escrita con un estilo muy sencillo sin grandes pretensiones narrativas, con diálogos
cortos, lo que la hace aún más cercana y enternecedora, donde se refleja la gran sabiduría de un hombre sencillo que a pesar
de su minusvalía se hace querer e incluso comprender por todos los que le
rodean y el respeto de un hijo hacia el padre desvalido del que desde que tiene
uso de razón es su guía, su boca y su reflejo, el reflejo de sus palabras.
Se trata de un relato conmovedor que te va envolviendo poco
a poco y que no te deja indiferente donde se palpa el amor y el respeto del
padre al hijo y del hijo al padre donde la ausencia de las palabras dichas se
ven sustituidas por el lenguaje de los gestos, el lenguaje de los ojos, el
lenguaje de las manos y el lenguaje de la boca lo que les lleva a los dos a un
entendimiento perfecto.
Reflejo de este apasionado libro son estas líneas:
"Él captaba de inmediato lo que yo le decía y
viceversa. Con unos cuantos gestos insignificantes, yo era capaz de narrarle
prácticamente todo lo que acontecía en el mundo. Pero no nos comunicábamos tan
solo mediante gestos, sino también usando los ojos, los labios, las posturas; y
además nos asistía el dios de mi padre, el dios de los sordomudos.
A veces es sólo cuestión de paciencia. Cuando una cosa no
resulta, hay que dejarla reposar un tiempo. De este modo se da margen a la vida
para que encuentre una salida por sí sola".
Este libro es muy autobiográfico y me hubiera gustado saber qué pasa al final con su hermana, se intuye y es cierto que si ocurre lo peor, mejor dejarlo así en el aire. ¡Qué terrible es la diáspora que todavía hoy en día se da en tantos países donde la represión de sus habitantes está a la orden del día!
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