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El taller de la bruja Gertrudis es un blog de encuentro de personas a las que nos gusta la lectura donde podemos dejar comentarios de los libros que vamos leyendo con el ánimo de tener un punto de referencia de los libros que nos gustan y un espacio que yo he llamado Cajón de sastre, donde cabe desde un poema a una reflexión o una frase o cualquier cosa que se nos ocurra.

jueves, 29 de abril de 2021

 


Rafael Alberti (1902-1999) está considerado uno de los mejores literatos de la Edad de Plata de la literatura española. Perteneció a la generación del 27 donde Alberti se caracteriza por su versatilidad poética. En su obra tiene cabida lo popular junto a lo culto (influencias clásicas y gongorinas, huella del surrealismo...), la poesía pura junto a la poesía política, el jugueteo verbal junto a la honda confesión de sus angustias o de sus nostalgias. Su primer libro Marinero en tierra (que obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1924), está lleno de evocaciones del mar, de las playas y las salinas de su tierra, de los recuerdos de su infancia ("aquel pozo nostálgico"), presidido todo por un vehemente anhelo de evasión. Un poema de este libro es La niña rosa, sentada en el que expresa la nostalgia que siente por su tierra natal y por su niñez. El poema tiene una historia curiosa. Habla Alberti en sus memorias (La arboleda perdida) de "una niña de doce o trece años, a quien en los largos primeros meses de mi enfermedad [una afección pulmonar padecida a los 18 años] contemplaba un atlas geográfico tras los cristales de su ventana. Desde la mía, solo un piso más alto, veía cómo su dedo viajaba lentamente por los mares azules...". Y añade: "Ella fue mi callado consuelo durante muchos atardeceres". "Esta pura y primitiva imagen... me acompañó por largo tiempo, llegando a penetrar hasta en canciones de mi Marinero en tierra...". Pero la niña no murió; simplemente, se hizo mayor y salió de la vida del poeta, quien afirma: "se me borró del todo, muriéndoseme verdaderamente". Esta Elegía constituye una transformación de aquel recuerdo en poesía pura. Alberti imagina una poética muerte, a la vez que proyecta sobre la niña, con amor, sus propios anhelos de evasión hacia el mar y su tristeza de ser un "marinero en tierra". Alberti crea un juego poético con este poema que en una primera lectura puede parecer inocente y sencillo, y lo utiliza para encerrar en él sus anhelos y sus recuerdos haciendo un uso excelente de las metáforas como recurso literario para expresar los temas de esta elegía.

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