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El taller de la bruja Gertrudis es un blog de encuentro de personas a las que nos gusta la lectura donde podemos dejar comentarios de los libros que vamos leyendo con el ánimo de tener un punto de referencia de los libros que nos gustan y un espacio que yo he llamado Cajón de sastre, donde cabe desde un poema a una reflexión o una frase o cualquier cosa que se nos ocurra.

domingo, 21 de abril de 2013

En el país de la nube blanca


Título: En el país de la nube blanca
Autor: Sarah Lark
Editorial: Ediciones B, 2011
ISBN: 9788466646710
Páginas: 747


El nombre maorí de Nueva Zelanda: Aotearoa, la tierra de la gran nube blanca.

«Una capa blanca de algodón extendida a lo largo ocultaba la vista de la tierra. Si los marineros no hubieran asegurado a los viajeros que la isla del Sur se ocultaba ahí detrás, el fenómeno de la nube no habría despertado especial atención.
Solo cuando se acercaron a la costa, se fueron dibujando las montañas en la niebla, peñas de contorno escarpado, tras las cuales se amontonaban de nuevo las nubes. Era algo raro, como si la montaña estuviera suspendida en un blanco luminoso de algodón.» 


En el país de la nube blanca es una novela cautivadora sobre el amor y el odio, la confianza y la enemistad protagonizada por dos fuertes personajes femeninos y ambientada en la Nueva Zelanda perteneciente a la colonia del Imperio Británico del siglo XIX.

Dos jóvenes inglesas de distinta procedencia se embarcan en una aventura desconcertante en busca de un matrimonio convenido, por un lado la joven lady Gywneira Silkham una mujer amante de los caballos y de las ovejas es cambiada por su padre por una deuda de juego a un magnate de la lana de Nueva Zelanda que ha viajado a Inglaterra en busca no solo de animales de raza pura para su granja sino que también en busca de una esposa para su único hijo y heredero Lucas Warden; y por otro lado una institutriz Helen Davenport de exquisita educación y modales que busca crear su propia familia y que no encuentra en su ambiente un buen pretendiente decide responder a un anuncio de la hoja parroquial donde se pide mujeres educadas y solteras para contraer matrimonio con granjeros de Nueva Zelanda, recibe en repuesta una carta exquisita de un granjero, Howard O'Keefe, Helen se enamora perdidamente de esta carta y espera que su autor responda a sus expectativas.

Ambas jóvenes se embarcan en esta arriesgada aventura y aunque su procedencia y educación es diferente se conocen en el barco en el que viajan y pronto nace entre ellas una estrecha relación que se irá acentuando a lo largo de las páginas del libro.

Junto a Helen embarcan ocho huérfanas que son enviadas desde un orfanato de Londres que a una parroquia de Nueva Zelanda que reclama jóvenes inglesas para servir como criadas de las nuevas familias de esta colonia inglesa y son confiadas a Helen para que se haga cargo de ellas en la larga travesía del barco, Helen no duda en aprovechar este largo período para educar a las niñas para el papel que tendrán que desempeñar en sus nuevos hogares.

El libro nos va narrando de forma paralela la vida de estas dos mujeres, las empezaremos a conocer por separado de una manera alternativa y nos llevará de una a otra hasta que coinciden en el barco y luego su vida en Nueva Zelanda, sus esposos, sus bodas y su vida en este nuevo país, al final cada una se apoyará en la otra cuando lo necesitan aunque sus respectivas familias están separadas por el odio y el rencor.

Contemplamos un retrato de época rico en todo tipo de detalles y que no hace sino acrecentar el interés del lector por todo aquello sobre lo que está leyendo: la creación de las colonias inglesas, la crianza del ganado, perros de pastoreo y caballos de pura sangre, los conflictos con los indígenas por la expropiación de la tierra por parte de la corona y la vida de las mujeres en una lejana tierra.

Helen se casa con un granjero rudo, arisco, borracho y con grandes apuros económicos lejos de lo que reflejaba en su carta y Gywneira se casa con un joven muy culto y educado, amante del arte, el diseño y los buenos modales y tradiciones inglesas pero no apto para llevar la enorme granja de ovejas que posee su padre, Gywn pronto se hará con las riendas de la granja pero no consigue concebir un hijo de su pusilánime marido.

Nuestra historia se divide en cuatro partes, donde se nos explica la vida de las mujeres en su Londres natal, pasando por la larga travesía en barco y continuando por su afincamiento en Nueva Zelanda… así como sus respectivas bodas o su vida en familia, con las alegrías y tragedias que esto conlleva.

A su vez, conocemos la cultura de las tribus maoríes que conviven con nuestros personajes a lo largo de la novela, tomando también un importante protagonismo.

La vida de las dos jóvenes se irá complicando por las tramas familiares.

En el país de la nube blanca es una historia de amor y desamor, de aventura e historia, de tradición y traición en el marco de una tierra muy desconocida para nosotros, la neozelandesa, descubrimos cómo fue la colonización de la isla por los maoríes. 

Me ha gustado mucho como la autora nos va introduciendo en esta larga novela con un lenguaje sencillo y directo y nos va introduciendo en las costumbres maoríes y en su lenguaje con palabras que al final se nos van haciendo familiares, quizás lo peor es como resuelve el final de la novela, en un par de capítulos nos hace todo el desenlace de esta extensa trama donde van apareciendo nuevos personajes que se van entrelazando unos con otros y aunque la vida de las dos heroínas, por llamar de alguna manera a las dos principales protagonistas, al principio tienen la misma fuerza poco a poco Gywn se va comiendo a Helen quizás porque el carácter de Gywn es más fuerte y su vida va haciéndose cada vez más interesante que la de Helen que es más tranquila.

Otro punto negativo son unos personajes muy estereotipados, institutriz defensora de los valores de la nobleza, la joven lady que añora una vida más vulgar, el rico ganadero, el rudo vaquero, la prostituta de noble corazón, el predicador sin corazón, etc.; además hay altibajos en el ritmo de la novela, cosa lógica en una novela tan extensa y un misterio latente a lo largo de toda la novela que es el odio entre los Warden y los O'Keefe que se rebela al final de la obra en una sencilla y parca explicación aunque en cierto modo lo vas intuyendo a medida que vas leyendo.

Sin embargo esta crítica no quiere decir que la novela no me haya gustado, todo lo contrario, el principio es lo mejor del libro, la decisión de dos mujeres de diferente condición social de liarse la manta a la cabeza y partir al lado opuesto del mundo en busca de una felicidad que están convencidas que no van a poder encontrar si se quedan en su tierra, el viaje en barco y su posterior llegada a Nueva Zelanda, constituyen un arranque que te deja hasta la madrugada leyendo porque la novela es entretenida, y a mí particularmente me gustan mucho las novelas de mujeres como protagonistas.

 

El autor: 
Christiane Gohl (Bochum, Alemania, 1958) es una escritora alemana que escribe bajo los pseudónimos de Sarah Lark, Ricarda Jordan, Elisabeth Rotenberg o con su propio nombre.
Sarah Lark es uno de los seudónimos de una autora alemana afincada en España de prolífica producción literaria sobre todo en el campo de los libros sobre caballos, trabajó durante muchos años como guía turística y pronto descubrió su fascinación por Nueva Zelanda. Con En el país de la nube blanca inició una trilogía sobre las tierras neozelandesas que continúa con La canción de los maoríes y El grito de la tierra. Su forma de escribir, plagada de minuciosas descripciones y a la vez directa, le ha granjeado el éxito en toda Europa. Sus libros te transportan a los lugares sobre los que escribe igual que lo haría un recuerdo, y sus personajes, tan alejados en el tiempo, se hacen tan cercanos gracias a su prosa que el lector no puede por menos que sufrir, reír y emocionarse con ellos.

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